La peña Mozart
MAXI RODRÍGUEZ
La flauta mágica» ha desalojado a la gaita de nuestras sidrerías. El «Año Mozart» está causando una auténtica conmoción en los chigres asturianos. No se habla de otra cosa. Todo son espichas conmemorativas y gritos de «¡Puxa Austria!». Artemio Cuervo es el presidente de la «Peña Mozart» de Cabañaquinta.
-¿Qué sienten ustedes en este año tan especial?
-Una emoción de la Virgen. Llevábamos mucho tiempu esperándolo. Haz diez meses que dejamos los banquetes y las comuniones, y sólo hacemos «Las bodas de Fígaro». ¿Tú sabes lo que ye ir siguiendo el libreto mientras se chupa una ñocla?
-¿Qué tipo de clientela suelen tener?
-Ye gente muy sensible. Vienen mucho los del SOMA y los de Comisiones. Antes, los domingos, tábamos pendientes de la quiniela, ahora sacamos unos oricios y pasamos la tarde oyendo el «Requiem» y la «Misa de Coronación». Tan encantaos. Yo siempre voy con la verdad por delante: aquí ponemos chopa, pero a Chopin ¡ni pa dios!
-¿Se han alejado entonces del mundo del fútbol?
-Totalmente. Ahorramos disgustos. ¿Pa qué vas a sufrir con el trío arbitral habiendo un «Quinteto pa clarinete»?
-¿Cree que sus clientes son ahora más felices?
-Mucho más, hoÉ Antes leían el «Marca», y ahora, mira, to dios leyendo un pentagrama. Y no te quiero contar la que se lía cuando enciendo el transistor y se tiran a la barra pa escuchar los conciertos de Radio 2.
-¿Ya no ven ningún tipo de retransmisión deportiva?
-Nada. Exigimos que esi programa de la tele, «El rondo», se llame «el rondó», y que sustituyan a un par de tertulianos por instrumentos de viento. De hecho, llamamos tres veces a Quique Guash, pero taba en el solarium.
-¿Cuál es su relación con otras peñas?, ¿es cierto que han denunciado a varios hooligans del Barroco por hacer pintadas en contra de «Don Giovanni»?
-¡Home, ye que jodiéronme la pizarra del menú del día! El tema ya tá en manos de abogaos, eso llévalo Viliulfo. Pero con los demás no tenemos ningún problema. Hicimos un amagüestu con los «Amigos de Rossini» y el «Frente Schubert» de Tineo. Sólo hay mal rollu con la «Peña Stravinski» de Noreña porque andan poniendo a parir el allegro del concierto número 20 en re menor, y no tienen cojones de decínoslo a la cara.
-El próximo viernes se cumplen 250 años del nacimiento del genial compositor, ¿harán algo especial?
-Sí: yo pienso afeitame. Luego, voy meteme con la muyer y los críos en una fuente pública a pasar el día, a hacer la ola y tal. De noche vendran los «Ultra Amadeus» y como son tan radicales, quedaremos hasta por la mañana oyendo Serenatas.
-¿No tiene la peña ningún viaje previsto?
-Sí, ho! Íbamos dir a Salzburgo, pero no se vendieron rifes bastantes. Así que, ná, garraremos la carretera Burgos y, oye, hasta donde lleguemos.
-¿Cómo definiría la música de Mozart?
-No hay palabres. Era muy finu, el cabrón. Mira, yo hay veces que me quedo solu haciendo caja y cáenme unes lagrimones entre el serrín.
-¿Qué le recomendaría a los lectores que desconocen la obra de Mozart?
-Ná, que se pasen por la sidrería con total confianza. Pero, cuidao, aviso: como vea a unu aquí leyendo «El Quijote» sácolu a hosties. Home, ya tuvo bien, ¿no te parez? ¡Hay que estar en lo que se celebra! Por favor.
-¿Qué sienten ustedes en este año tan especial?
-Una emoción de la Virgen. Llevábamos mucho tiempu esperándolo. Haz diez meses que dejamos los banquetes y las comuniones, y sólo hacemos «Las bodas de Fígaro». ¿Tú sabes lo que ye ir siguiendo el libreto mientras se chupa una ñocla?
-¿Qué tipo de clientela suelen tener?
-Ye gente muy sensible. Vienen mucho los del SOMA y los de Comisiones. Antes, los domingos, tábamos pendientes de la quiniela, ahora sacamos unos oricios y pasamos la tarde oyendo el «Requiem» y la «Misa de Coronación». Tan encantaos. Yo siempre voy con la verdad por delante: aquí ponemos chopa, pero a Chopin ¡ni pa dios!
-¿Se han alejado entonces del mundo del fútbol?
-Totalmente. Ahorramos disgustos. ¿Pa qué vas a sufrir con el trío arbitral habiendo un «Quinteto pa clarinete»?
-¿Cree que sus clientes son ahora más felices?
-Mucho más, hoÉ Antes leían el «Marca», y ahora, mira, to dios leyendo un pentagrama. Y no te quiero contar la que se lía cuando enciendo el transistor y se tiran a la barra pa escuchar los conciertos de Radio 2.
-¿Ya no ven ningún tipo de retransmisión deportiva?
-Nada. Exigimos que esi programa de la tele, «El rondo», se llame «el rondó», y que sustituyan a un par de tertulianos por instrumentos de viento. De hecho, llamamos tres veces a Quique Guash, pero taba en el solarium.
-¿Cuál es su relación con otras peñas?, ¿es cierto que han denunciado a varios hooligans del Barroco por hacer pintadas en contra de «Don Giovanni»?
-¡Home, ye que jodiéronme la pizarra del menú del día! El tema ya tá en manos de abogaos, eso llévalo Viliulfo. Pero con los demás no tenemos ningún problema. Hicimos un amagüestu con los «Amigos de Rossini» y el «Frente Schubert» de Tineo. Sólo hay mal rollu con la «Peña Stravinski» de Noreña porque andan poniendo a parir el allegro del concierto número 20 en re menor, y no tienen cojones de decínoslo a la cara.
-El próximo viernes se cumplen 250 años del nacimiento del genial compositor, ¿harán algo especial?
-Sí: yo pienso afeitame. Luego, voy meteme con la muyer y los críos en una fuente pública a pasar el día, a hacer la ola y tal. De noche vendran los «Ultra Amadeus» y como son tan radicales, quedaremos hasta por la mañana oyendo Serenatas.
-¿No tiene la peña ningún viaje previsto?
-Sí, ho! Íbamos dir a Salzburgo, pero no se vendieron rifes bastantes. Así que, ná, garraremos la carretera Burgos y, oye, hasta donde lleguemos.
-¿Cómo definiría la música de Mozart?
-No hay palabres. Era muy finu, el cabrón. Mira, yo hay veces que me quedo solu haciendo caja y cáenme unes lagrimones entre el serrín.
-¿Qué le recomendaría a los lectores que desconocen la obra de Mozart?
-Ná, que se pasen por la sidrería con total confianza. Pero, cuidao, aviso: como vea a unu aquí leyendo «El Quijote» sácolu a hosties. Home, ya tuvo bien, ¿no te parez? ¡Hay que estar en lo que se celebra! Por favor.
